Se considera al alumno como un ser social, producto de las distintas interacciones sociales que le involucran a lo largo de su vida dentro y fuera de la escuela. Es en estas interacciones donde se producen las funciones cognoscitivas superiores, destacándose que la personalidad se origina y manifiesta en la
actividad, la comunicación y la interacción con los grupos humanos. Esta característica condiciona y explica la unidad existente entre la actividad externa y actividad interna de la personalidad; así como su carácter activo, ya que el sujeto juega un rol determinante, tanto en la apropiación de la cultura, como en la regulación de su propia actividad;
actividad, la comunicación y la interacción con los grupos humanos. Esta característica condiciona y explica la unidad existente entre la actividad externa y actividad interna de la personalidad; así como su carácter activo, ya que el sujeto juega un rol determinante, tanto en la apropiación de la cultura, como en la regulación de su propia actividad;
Como resultado de esta interacción continua entre las condiciones internas del individuo y las condiciones de vida externas se produce el conjunto de vivencias muy particulares de cada individuo que conduce a la formación y desarrollo de una personalidad única e irrepetible; y sus formaciones psicológicas, como es en este caso las habilidades
Bajo este enfoque se considera que las habilidades constituyen formaciones psicológicas caracterizada por la unidad de las funciones de carácter inductor y ejecutor, que se forman y desarrollan como resultado de la interacción entre lo biológico y lo social en el individuo.
La noción de zona de desarrollo próximo permite el fundamento de las estrategias para el desarrollo de habilidades, en específico la habilidad interpretar problemas matemáticos, en su orientación hacia las potencialidades del alumno, considerando que éstas no deben tomar como punto de partida único el nivel de desarrollo real. Para que el alumno pueda llegar a estadios superiores en su aprendizaje, no importa el nivel de desarrollo que haya alcanzado, sino la existencia de las posibilidades que permitan este logro.
La noción de la zona de desarrollo próximo en el proceso docente-educativo anticipa la elaboración de sistemas de tareas que se sometan al nivel de abstracción que se desea alcanzar de acuerdo con el grado de complejidad en los diferentes niveles de desempeño, de modo que el alumno pueda alcanzar niveles superiores, que sean capaces de generar la voluntaria colaboración, radicando, en este orden, uno de los principales desafíos de la didáctica en su concreción: establecer a partir de las tareas planteadas, niveles de dificultades individuales y colectivas que sean, a su vez, asequibles y posibles de realizar para llevar a los estudiantes a estadios superiores.
Dado que la motivación de los alumnos y su disposición intencional son procesos que deben estimularse de manera simultánea durante la actividad de aprendizaje, es indispensable la unidad de lo afectivo y lo cognitivo. El escolar no deberá prescindir del acompañamiento continuo de su maestro, el cual deberá estar siempre en disposición de buscar la forma más adecuada de crear un ambiente de confianza y respeto en la interrelación maestro-alumno. A medida que aumente la confianza del alumno en el proceso, podrá expresar mejor sus inquietudes, sus dudas, su progreso en la formación de conceptos y desarrollo de habilidades; y el maestro podrá aprovechar este ambiente de libertad para llevarle a niveles superiores.
La evaluación debe dirigirse no sólo a los productos del nivel de desarrollo real de los alumnos, sino sobre todo para determinar su nivel de desarrollo potencial. En este sentido la evaluación debe ser dinámica, en oposición al esquema tradicional que sigue la rigidez de un examen, obviando todos los elementos necesarios para lograr una evaluación objetiva. La situación interactiva, en donde se manifiestan las competencias de los escolares para efectuar sistemas de tareas con menor o mayor ayuda del docente, es donde se realiza la evaluación dinámica.
Actualmente las ideas de vygostsky ejercen gran influencia en muchos sistemas educativos, en países que luchan por mejorar cada vez más la dirección de los procesos formativos mediante las innovaciones que permiten poner al hombre a tono con la realidad que le envuelve. Además de que constituye la base teórico-metodológica de la concepción materialista-dialéctica del aprendizaje.
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