INTRODUCCIÓN:
En
la primera conferencia del Coloquio dedicado al estudio de la inteligencia, el
Dr. Diego González Serra, concluyó su exposición con un párrafo de gran
significado para el tema que hoy abordaremos.
En aquella ocasión se expresó:
"
Si lo asimilativo se asocia con la determinación externa de las capacidades, lo
creativo se corresponde con su autodeterminación, con el rol autónomo y activo
del sujeto. De aquí la necesidad de combinar la asimilación de conocimientos,
habilidades y hábitos ya establecidos socialmente con el método problémico, con
los métodos activos, que despiertan la creatividad por parte del estudiante e
integran ambos aspectos en un
proceso único de la enseñanza
" (1).
Nos
proponemos hoy, el análisis de la estructura del método de enseñanza, desde el
punto de vista didáctico - general, para establecer los vínculos esenciales y
necesarios entre los componentes de esta estructura y algunos conceptos que
desde el punto de vista psicológico, sin lugar a dudas, le sirven de fundamento
teórico al tema.
Partiendo
del análisis de su estructura a través de su presentación gráfica, trataremos
de demostrar la relación existente entre los objetivos - contenido - métodos -
medios para posteriormente ejemplificar de forma general algunos métodos y
" técnicas " que ocupan un importante papel dentro de la Didáctica contemporánea,
por su contribución al desarrollo de la creatividad en los estudiantes.
Con
las ideas aquí expuestas, no pretendemos agotar el tema, que es por demás muy
polémico y sí plantear algunas reflexiones que no son sólo el resultado del
estudio teórico, sino también de la propia práctica. Son, por lo tanto, ideas que pueden ser
sometidas a discusión, a debate, y por ende a cambios.
EL MÉTODO Y LOS COMPONENTES DE
SU ESTRUCTURA.
Cuando
hablamos de la estructura de un objeto dado (contenido), nos referimos a los
componentes que lo integran y a las relaciones e interrelaciones que se
establecen entre ellos que dan lugar al
funcionamiento interno de dicha estructura.
La
estructura del método de enseñanza, bien conocida a través de los textos de
Didáctica General, encierran el aspecto externo e interno del mismo.
Desde
el punto de vista didáctico general, la estructura del método pudiera
representarse de forma tal que pueda ajustarse a la estructura de cualquier
método particular.
Desde
el punto de vista general y externo, el método de enseñanza, puede ser
considerado como la interrelación entre las actividades del profesor y las
actividades del estudiante.
En
efecto, al observar un proceso de enseñanza cualquiera, vemos por una parte al
profesor realizando actividades específicas y por otra, al estudiante
correspondiendo a esa dirección, con otras actividades.
Sin
embargo, en este análisis debemos recordar que el término actividad supone en
su estructura dos formas funcionales de regulación: la inductora y la ejecutora.
En la enseñanza, la actividad se manifiesta a través del método.
La
actividad es, en este caso, una unidad estructural que se manifiesta si está
presente la motivación, sin embargo, para que la actividad pueda materializarse
en acciones y operaciones, resulta imprescindible la presencia del
objetivo. De tal forma que en el
esquema, apreciamos la presencia del objetivo del profesor que determina las
acciones del mismo, así como los medios que éste empleará en su ejecución.
Existe
un estrecho vínculo entre los objetivos del profesor y los objetivos del
estudiante, tanto que la determinación de los objetivos de este último supone
partir de las propias necesidades de los estudiantes, en el plano de sus
conocimientos, habilidades y valoraciones.
Los objetivos del estudiante determinarán las acciones y operaciones de
éstos, así como los medios de que dispone para el aprendizaje.
La
interacción entre estos dos sistemas de acciones nos llevará al logro de los
objetivos que serán tanto del profesor como del estudiante.
Si
existe un objetivo y se materializa la acción, la presencia de operaciones es
imprescindible para el desarrollo de estas últimas.
Identificamos
las acciones del profesor como los métodos de enseñanza y las operaciones como
los procedimientos que se emplean, que pueden variar, repetirse o
intercambiarse en un método u otro. En
el caso de los estudiantes, las acciones y operaciones constituyen el proceso
mismo de adquisición y asimilación de conocimientos, habilidades y
valoraciones, a través de la realización de tareas docentes concretas.
Pero
las acciones y operaciones se materializan porque poseen un sustrato material,
dado por el contenido de la enseñanza quién determina el carácter de las
propias acciones y operaciones que se deberán ejecutar. En los medios de presentación del material
docente y en los que utiliza el estudiante en el proceso de asimilación, está
presente el contenido, adoptando diferentes formas de representación.
Dicho
así, la estructura del método puede parecer simple, sin embargo, su complejidad
radica precisamente en el movimiento interno de cada uno de los componentes de
esta estructura, es decir, de su dialéctica.
A
través del análisis de esta representación se evidencia el estrecho vínculo que
existe entre los objetivos, el contenido y los métodos y medios, así como su
grado de interpretación.
No
hay acciones sin objetivos, así como no puede considerarse el contenido como un
modelo estático de información, sino un modelo dinamizado por las acciones del
profesor y los estudiantes, en los medios de representación de los
conocimientos y en los procedimientos para formar habilidades y hábitos con la
correspondiente consecuencia en el estudiante.
De
lo anterior se desprende que las acciones y operaciones son componentes
esenciales de la asimilación de los conocimientos y las habilidades y están
presentes en el método como elemento que dirige la ejecución del proceso de
enseñanza - aprendizaje.
Pero
son además denominador común en la estructura del objetivo, del contenido y de
los medios de enseñanza y se convierten de hecho en un elemento esencial para
la interrelación de éstos.
De
cómo se organizan estas acciones y del conocimiento de las invariantes
funcionales que se determinen, dependerá que un método se manifieste con un
carácter productivo o no.
Partiendo
de estos presupuestos teóricos, analicemos
cuáles son aquellos métodos de enseñanza que por las características de
sus acciones tienen mayores posibilidades para desarrollar en los estudiantes
estas cualidades superiores de creatividad e independencia, a las que hacíamos
referencia en el inicio de este trabajo.
MÉTODOS PARA EL DESARROLLO DE LA CREATIVIDAD E
INDEPENDENCIA DEL ESTUDIANTE.
Existen
diversos métodos que implican en su desarrollo el desencadenamiento de acciones
productivas en el aprendizaje. Estos
métodos propician la realización por el estudiante de tareas de indagación,
búsqueda e investigación que forman en ellos un pensamiento creador y un
trabajo independiente.
Dentro
de ellos encontramos: los métodos problémicos, los juegos didácticos, los
métodos de discusión, métodos de asimilación, uso de la computación e
introducción de las " técnicas " de dinámica grupal como
procedimientos.
Haremos
una breve referencia a algunos de éstos métodos y nos referiremos a las
posibilidades que ofrecen las técnicas de dinámica de grupo en el aula.
Es
necesario aclarar que en la base de los métodos productivos se encuentra la
presencia del elemento problémico como factor fundamental y desencadenante del
desarrollo de esas cualidades en el estudiante.
Los
métodos más difundidos dentro de la enseñanza problémica son: la exposición
problémica, la conversación heurística, la búsqueda parcial y el investigativo.
Los
métodos problémicos deben ser utilizados como un sistema, haciendo de los
mismos un uso combinado y regular, en función del nivel de desarrollo alcanzado
por los estudiantes.
Como
ya planteamos, estos métodos, por su carácter, propician no sólo un mayor
interés hacia el aprendizaje sino también mayores posibilidades de
individualizar la enseñanza, de atención directa y diferenciada de los
estudiantes dentro del proceso de enseñanza.
Las
situaciones problémicas, problemas, tareas y preguntas constituyen los
elementos básicos de su dinámica interna.
Son las que permiten que se desencadenen las acciones y operaciones
productivas en el alumno.
Iniciándose
con la exposición problémica se puede lograr el primer contacto de los
estudiantes con las situaciones problémicas presentadas por el profesor. El
planteamiento del problema así como las tareas de búsqueda de solución, son
planteadas por éste. El profesor revela
las contradicciones y va descubriendo los elementos desconocidos, partiendo de
los datos del problema. La enseñanza se
produce mediante la demostración de los hechos y fenómenos de estudio. Al
estudiante no se le transmiten los conceptos acabados tal y como ocurre en la
exposición tradicional. El estudiante
sigue la lógica del pensamiento acerca del conocimiento que le está siendo
presentado, al mismo tiempo que asimila recursos y vías para apropiarse del
mismo y desarrollar habilidades de carácter lógico.
Los
restantes métodos problémicos, aplicables a partir del momento en que el
estudiante posee determinadas habilidades en el proceso de búsqueda, se
utilizan para que al mismo tiempo gane en independencia cognoscitiva.
El
profesor no tiene que resolverlo todo en determinado momento, pueden quedar
problemas o tareas sin resolver que pueden ser trabajadas por los estudiantes
que propician una búsqueda parcial y los resultados de sus acciones son
discutidos en actividades prácticas como los seminarios.
La
esencia de todos estos métodos está en que crean en el estudiante la necesidad
de resolver los problemas para llegar a la verdad, desarrollando por sí mismos
el camino científico de descubrimiento y arribar a conclusiones.
La
aplicación de estos métodos requiere que las acciones del profesor partan de un dominio profundo del contenido
de enseñanza y de la metodología para su aplicación. También exige un conocimiento del nivel de
desarrollo de los estudiantes y un dominio de las posibles soluciones que se
manifiestan en el proceso de su aplicación.
Son métodos muy productivos, tanto para el profesor como para los
estudiantes.
Una
variante dentro de los métodos problémicos la constituyen los llamados JUEGOS
DIDÁCTICOS que en la enseñanza superior se denominan juegos ocupacionales o
profesionales didácticos.
Si
analizamos los principios que están presentes en la metodología de trabajo de
estos métodos, comprenderemos mejor su importancia en la enseñanza.
Dentro
de estos principios, entre otros, se encuentran: la interpretación de roles, la
dinamicidad, la competencia, la colectividad, la preparación de modelos y el
carácter problémico.
Cuatro
son los principios básicos que definen los métodos de juego, analicemos
solamente éstos por su importancia.
La
preparación de modelos es el principio que orienta la elaboración de aquel
aspecto de la realidad que será imitada por el estudiante en el proceso del
juego.
El
carácter problémico refleja las regularidades lógico - psicológicas del
pensamiento y de la enseñanza y se manifiesta o expresa en la propia
preparación del modelo de imitación.
La
independencia, permite imaginar el juego ocupacional como una actividad
productiva por parte de cada uno de los estudiantes.
La
competencia está basada en la eficiencia de la actividad lúdrica y expresa los
tipos fundamentales de motivaciones para participar en el juego. Sin competencia no hay juego, todo juego está
impregnado de un espíritu de competencia, desde que se piensa en él, en su desarrollo,
terminación e inicio del próximo juego.
La
realización de los juegos profesionales supone la ejecución de una serie de
tareas que implican acciones tanto del profesor como del estudiante, durante el
proceso de solución de los problemas presentes en el modelo de imitación. Entre estas tareas se encuentran:
1.
Preparación para la tarea práctica.
2.
Planteamiento de la tarea central.
3.
Elaboración del modelo de imitación del objeto.
4.
Solución de la tarea sobre la base del modelo de imitación.
5.
Evaluación, corrección.
6.
Realización de la solución tomada.
7.
Síntesis y conclusión de la experiencia, y por último,
8.
Retroalimentación para cerrar el ciclo.
"El
juego ocupacional didáctico, sirve, ante todo, como instrumento para
desarrollar el pensamiento teórico y práctico del futuro especialista. La
interacción de los estudiantes con el contenido cognoscible del juego es
mediatizado por la interacción de la personalidad con otros participantes lo
cual es organizado por el profesor como las tareas didácticas lúdricas, y para preparar
y adoptar soluciones conjuntas e individuales"
Un
método muy empleado en la formación de personal dirigente y que no se aparta de
los elementos esenciales hasta ahora analizados, es el llamado método de
situaciones en carpetas.
Este
método contribuye al desarrollo de habilidades tales como: organizar y
coordinar el trabajo, escuchar y valorar críticamente a otras personas, manejar
información recibida destacando lo importante de lo secundario (clasificación),
delegar tareas.
Supone
dentro de sus propósitos fundamentales la profundización y sistematización de
los conocimientos y técnicas de trabajo y el intercambio de experiencias entre
los participantes sobre el enfoque de la solución de los problemas.
Como
se observa, el elemento problémico está presente en esta variante del juego
profesional. Aquí el estudiante tiene
que asumir un papel al que no está acostumbrado. Recibe una carpeta en la que se encuentra la
situación planteada (el problema o conjunto de ellos), además de otros problemas
que rodean al central e información adicional que puede ser útil para asumir
posiciones y adoptar posibles soluciones.
Con
todo este arsenal, el estudiante deberá trabajar, hacer esfuerzos, para de una
forma creativa e independiente, arribar a las soluciones.
Los
resultados individuales pueden ser discutidos en grupos donde se puede conocer
el nivel de gestión individual en la solución de los problemas planteados.
Los
llamados métodos de discusión, de forma genérica, pueden incluir en sí expresiones
problémicas en las formas organizativas como los cine - debates, paneles, o ruedas de prensa, etc.
De
carácter grupal, en estos métodos se someten a discusión y juicios, situaciones
problémicas que contienen aspectos contradictorios y que permiten el debate de
los participantes de forma rica y abierta.
Estos
métodos desarrollan en los estudiantes el ejercicio de la crítica, el criterio,
el respeto a las ideas de otros, la toma de posiciones, la utilización de
conocimientos diversos para defender sus posiciones con el consecuente
desarrollo de la expresión oral, la
imaginación, el pensamiento reflexivo, etc.
Su
empleo tiene grandes posibilidades no
sólo en el contexto del aula, sino fuera de ella, en las unidades docentes,
escuelas, etc., en fin, allí donde sea necesario reflexionar y asumir
posiciones sobre aspectos importantes y contradictorios del contenido de
enseñanza.
Otras
variantes para activar el proceso de enseñanza las constituyen las llamadas
" técnicas " de dinámica grupal, que pueden ser empleadas en calidad
de procedimiento dentro de un método específico.
Estas "técnicas ", diseñadas para crear
un ambiente favorable en las relaciones y comunicación interpersonal entre los
sujetos que aprenden, pueden ser de extraordinaria ayuda para el trabajo
docente, ya que favorecen el intercambio de ideas y el arribo a soluciones
creadoras, tanto grupal como individualmente.
De
estas técnicas existen muchas, todas con objetivos y propósitos definidos desde
el punto de vista psicológico, pero muy útiles para organizar y dirigir el
trabajo pedagógico de forma atractiva, amena y, sobre todo, productiva. Lo interesante y curioso de estas técnicas
es, que cuando el profesor comienza a aplicarlas, ya no puede sustraerse de su
empleo, e incluso, por iniciativa creadora, genera nuevas formas de
manifestación de las mismas.
Su
utilización es indudablemente valiosa.
Sin buena comunicación y relaciones interpersonales adecuadas no se
pueden acometer dentro de un grupo tareas colectivas de aprendizaje que
impliquen el desarrollo creativo de cada uno de los sujetos que integran el
grupo.
Sería
interminable la lista de vías y métodos que pueden ser empleados para lograr
una enseñanza verdaderamente creativa e independiente, es decir,
productiva. Lo más importante es tener
en cuenta que cualquiera que sea la vía que adoptemos, en su esencia debe
subyacer el elemento problémico, contradictorio, capaz de generar inquietudes y
lanzar a la búsqueda.
Para
lograr esto es imprescindible una condición: cambiar de concepción, darle un
vuelco a nuestras acciones como profesores.
A fin de cuentas, método es precisamente dirección del proceso de
aprendizaje y en dependencia de cómo se dirija éste, así será la calidad del
proceso y producto que esperamos. Si queremos estudiantes creativos,
independientes, capaces, no nos queda otra alternativa que enseñar creando en
cada una de nuestras acciones.
Tomado de:
Dr. Carlos Alvarez de Zayas.
La forma, el método, y el medio de enseñanza y
aprendizaje.
El
proceso docente-educativo posee componentes que caracterizan a dicho proceso en
su movimiento, estos son el método, la forma y el medio de enseñanza y
aprendizaje.
El
objetivo y el contenido expresan el estado, la situación de una cierta unidad o
instancia organizativa del proceso, el primero como aspiración y el segundo
como cultura a apropiarse para alcanzar el objetivo. A esto hay que agregarle el resultado, estado
final que se alcanza en el proceso.
El
método, la forma y el medio caracterizan al proceso en si mismo.
La forma de enseñanza y
aprendizaje
El
proceso docente-educativo es, en una primera aproximación, la relación entre la
enseñanza, el aprendizaje y la materia de estudio. Ese objeto existe en el espacio y en el
tiempo.
La
forma de enseñanza es la organización, la estructuración de ese proceso en el
espacio y en el tiempo. Es la expresión
organizativa externa del proceso y en correspondencia con los recursos humanos
y materiales de que se dispone para su desarrollo.
En
ese sentido la forma de enseñanza se expresa, atendiendo al espacio, entre
otros aspectos, en la relación profesor, alumnos. De ese modo el proceso se
puede desarrollar con un profesor y un grupo grande de estudiantes, o un grupo
más reducido de alumnos, e incluso llegar a ser de un solo alumno. Esas formas organizativas pueden cambiar en
el transcurso de una misma clase en correspondencia con los objetivos
específicos que se quieran ir logrando.
Por eso la forma es dinámica y se adecua a las necesidades específicas
del momento del proceso docente-educativo en cuestión.
La
clase es la forma organizativa que adopta el proceso para lograr el objetivo
cuando éste tiene un carácter académico.
En consecuencia, existe una tipología de clases de acuerdo con las
características que ellas poseen.
Las
clases se pueden clasificar de acuerdo con varios criterios.
El
más usado se corresponde con los niveles de asimilación.
En
correspondencia con este las clases pueden ser de información, o sea de
introducción del nuevo contenido, que se corresponde con el nivel de
familiarización; o de formación de habilidades que posibilita alcanzar el nivel
productivo.
El
nivel reproductivo será un tipo de clase que constituye un tránsito entre los
dos niveles referidos, y se corresponde con las clases en que se comienza el
desarrollo de la habilidad, en el cual el escolar repite la información
recibida.
Existe
otra clasificación de clases en correspondencia con el tipo de habilidad a
formar, ya sea esta experimental, valorativa, de análisis, entre otras.
Otra
clasificación de las clases tiene en cuenta el criterio de la cantidad de
estudiantes que intervienen en el desarrollo del proceso y podrán ser
individuales o colectivas, y estas últimas en pequeños, medianos o grandes
agrupaciones: subgrupos, grupos y grupos de años o grados.
En
la práctica la tipología de clases más conocida de conferencia, clase práctica,
seminario, práctica de laboratorio, talleres, etcétera, responden a
clasificaciones binarias o trinarias, de las mencionadas.
La
conferencia es el tipo de clase que tiene una estructura organizativa de
carácter grupal en que el estudiante se informa, es decir que el profesor
introduce el nuevo contenido y significa los elementos esenciales del sistema
de conocimientos y muestra la lógica, el modo de pensar y actuar con dichos
conocimientos.
Aunque
el método de enseñanza puede ser el expositivo no se identifica la conferencia
con la sola exposición, porque en la misma el maestro y los alumnos pueden
desarrollar otros y varios métodos y procedimientos.
Este
análisis es también válido para el resto de los tipos de clases, lo que implica
que no se pueden identificar los tipos de clases con los métodos de enseñanza.
Una muestra la estructura, la organización y el otro es el modo, la dinámica
del proceso.
Sin
embargo estas dos categorías se vinculan, se relacionan entre sí, veamos: Como
la conferencia se define como la clase que introduce un nuevo contenido, que es
parte informacional del nuevo tema, el método fundamental es expositivo o de
elaboración conjunta, el trabajo independiente, si lo hay, es mínimo. En otro
sentido, la práctica de laboratorio debe tener muy poca exposición profesoral;
y así sucesivamente.
La
clase, como tal, tampoco se debe indentificar con la evaluación.
En
una clase práctica se puede evaluar a varios estudiantes, si así lo aconseja la
necesidad del proceso. Pero, lo que es incorrecto que en todas las clases
obligadamente se tenga que evaluar a todos los estudiantes.
Como
la tendencia es a incrementar las clases de formación de habilidades y a
disminuir las de conferencias, resulta innecesario e incluso pedante que en
todas las clases se tenga que evaluar. Es el profesor el que tiene la
responsabilidad y el derecho de decidir cuándo y cómo evaluar (se refiere a la
evaluación frecuente, la que regularmente se desarrolla en el contexto del
proceso).
El
proceso docente-educativo se organiza también en el tiempo. En ese sentido las formas de enseñanza y
aprendizaje se presentan para una asignatura en forma de año, semestre, bloque
o estancia. En las dos primeras se
desarrollan todas las asignaturas en un mismo período; en bloque se escogen algunas, de cierta
afinidad, en un cierto período; y por
ultimo, la estancia, es cuando se organiza de modo tal que se desarrolla una
sola asignatura en un determinado período.
La
organización del proceso, desde el punto de vista temporal, se puede ejecutar
por las mañanas, por las tardes. En
actividades de enseñanza-aprendizaje, de 45 o 50 minutos, en agrupaciones de
dos horas lectivas, de cuatro, de seis, etc.
Todo esto son formas de organización del proceso atendiendo al tiempo.
Dentro
de una misma clase se puede organizar, estructurar el proceso, en introducción,
desarrollo o parte principal de la clase y conclusiones, lo cual es también es
una forma de organización del proceso, y responde a la mejor manera de
estructurarlo para lograr el objetivo.
El método de enseñanza y aprendizaje.
Como
hemos dicho en varios lugares de esta monografía, cuando se pasa a un nivel de
profundidad mayor en el análisis del proceso docente-educativo, surgen los
componentes como elementos fundamentales de su caracterización: objetivo,
contenido, método, etc.
En
el análisis inicial del proceso docente-educativo, ver epígrafe 4.1, este se
consideró como procesos de actividad y comunicación, ahora a un mayor nivel de
profundidad, se hace con ayuda del concepto de método, el que está sumido en el
proceso docente-educativo y relacionado con el resto de los componentes, con
carácter de ley, como hemos explicado en los epígrafes anteriores.
El método como estructura de la actividad.
El
método es también estructura, organización del proceso docente-educativo, pero
de aspectos más esenciales del proceso, en primer lugar de la estructura de la
actividad. Aquí se refiere al orden de
las distintas técnicas y procedimientos que en el transcurso de las actividades
(aprendizaje y enseñanza) se ejecutan por el profesor y los estudiantes.
El
método es el modo de ejecutar el proceso, es el orden, la estructura, de la
actividad para lograr el objetivo. Por
supuesto, el método se desarrollará en el marco de las formas, es decir, en el
espacio y en el tiempo.
Así
por ejemplo, el método de enseñanza es expositivo, cuando el papel principal de
la actividad docente lo desarrolla el profesor y el aprendizaje es más
receptivo y mucho menos activo. Es de
actividad conjunta cuando en la estructura de procedimientos ambos lo
desarrollan por igual; y es de trabajo
independiente cuando es el estudiante quien, en lo fundamental, ejecuta la
actividad, cuando es más activo.
Cualquiera
de estos tres tipos de métodos se pueden ejecutar en formas de organización
diversas, desde los grupos más numerosos hasta el individual; aunque, por
supuesto, mientras mayor es el numero de estudiantes más expositivo es el
proceso docente-educativo.
La
clasificación de los métodos puede ser muy variada en correspondencia con el
criterio de clasificación que se escoja.
Así,
por ejemplo, se puede escoger el que se refiere al que mejor estimula el nivel
de asimilación del contenido. En ese
sentido los métodos pueden ser de familización, en que el estudiante desarrolla
aquellos procedimientos que sólo permiten poseer una ligera aproximación al
contenido de estudio; reproductivo, que
se caracteriza porque los procedimientos escogidos le posibilitan repetir la
información recibida; productivo, que
faculta al estudiante, como resultado de la estructura de procedimientos que
ejecuta, a resolver problemas nuevos para dicho estudiante; y creativo, en que el alumno resuelve
problemas cualitativamente nuevos para el mismo, en los que tiene que concebir
conceptos o métodos ignorados para el escolar.
Otra
clasificación de los métodos atiende a la lógica interna de los contenidos,
esto se refiere a cómo será la estructura de procedimientos a seguir en el
desarrollo del proceso docente-educativo de acuerdo con la lógica del contenido
que se siga. Así el método puede ser
deductivo en que se aprende ordenando primero los conceptos más generales y
después los particulares que se infieren de aquellos; o inductivo, cuya lógica
es inversa.
El
método, como estructura de la actividad, determina el orden de las acciones y
operaciones que desarrollan estudiantes y profesores. La misma está subordinada al objetivo pero
condicionada por las características de cada estudiante y por el contexto en
que se desarrolla el proceso.
En
consecuencia, decimos que el método es función del objetivo, del contenido y de
las condiciones. Del objetivo porque
encierra la habilidad generalizadora la que determina al método en su aspecto
más general; del contenido, porque expresa la habilidad en cada una de las
acciones y operaciones inherentes al mismo; y de las condiciones, porque cada
una de las acciones y operaciones se singulariza en cada escolar de acuerdo con
su nivel de partida, gustos, intereses y motivaciones.
El método como estructura de la comunicación.
Como
ya hemos estudiado en otra parte de esta monografía el estudio del proceso
docente-educativo no se agota con el concepto de actividad. Aunque el proceso se manifiesta en la
actividad, en el aprendizaje y la enseñanza, su esencia está en las relaciones
entre los componentes del proceso, en sus leyes, que contienen, en ultima
instancia, las relaciones inherentes a la Didáctica.
El
método como estructura del proceso no es sólo, por tanto, estructura de la
actividad, sino que el mismo debe expresar, en un mayor nivel de profundidad,
la estructura de las relaciones sociales que están presentes en el proceso y en
primer lugar en la comunicación.
El
método, como categoría pedagógica, contendrá por tanto, como se conoce de la
teoría de la información, todos los conceptos y regularidades inherentes a la
misma, como pueden ser: emisor,
receptor, medio, empatía, papel dinámico del sujeto receptor de la información,
etcétera.
El
método tiene en las relaciones sociales su esencia, por ello, es
imprescindible, para su desarrollo, partir de la cultura, tradiciones,
vivencias y necesidades del escolar que posibiliten denotar y connotar el
contenido a asimilar.
El
método como estructura de la comunicación y la actividad está condicionado por
la lógica del objeto de estudio (contenido), cuya estructura influye en cierto
grado en la estructura del método, aunque no se identifican. Esto es así porque en función del objetivo,
dicho contenido se "humaniza", en el método, de acuerdo con los
intereses y gustos del alumno, aunque lo objetivo del objeto se refleja en
buena medida. Es decir el método, es
función del contenido, pero subordinados ambos al objetivo y condicionados por
las características de cada estudiante.
En
resumen, la organización del proceso docente-educativo pasa desde los aspectos
más externos, que se refieren a las formas de organización, en el espacio y en
el tiempo, como son la relación profesor-alumnos, el lapso de cada periodo de
actividades docentes, la estructura temporal de cada una de las partes de la
clase en introducción, desarrollo y conclusiones; a otras más internas, que se manifiesten en
el método, como son los que devienen de la estructura de la actividad o de la
comunicación, determinados por el objetivo, el contenido y las condiciones.
Por
último, queremos analizar un posible error que con frecuencia se observa en la
literatura pedagógica y es que se confunden los conceptos de método y forma con
el de proceso docente-educativo.
Este
último es el todo, el sistema, es el objeto de estudio, la forma y el método
son componentes, son parte del objeto.
El
proceso docente-educativo como gran sistema puede tener subsistemas de una
misma naturaleza. Así por ejemplo una
carrera universitaria que es un proceso docente-educativo que garantiza la
formación de un profesional tiene, a ese nivel, objetivos, contenido, método,
en fin, todos los componentes inherentes a ella. La carrera está compuesta por un conjunto de
disciplinas que son a su vez proceso docente-educativo con sus respectivos
objetivos, contenido, método, etc. Así,
y de un modo derivado, llegamos al tema, a la clase, a la tarea docente, célula,
esta última de dicho proceso docente-educativo.
Por
esa razón discrepamos cuando leemos que la clase es la forma organizativa
principal que adopta el proceso docente-educativo. La clase es proceso, no es forma. La clase es aquel proceso docente-educativo
que se organiza, que se estructura de modo tal que garantiza determinados
resultados en aras de alcanzar un cierto objetivo y que como tal puede
constituir un eslabón vital en el fin que se persigue.
El
identificar el proceso, como un todo, con uno de sus componentes, en este caso
la forma, tiene el peligro de obviar los componentes fundamentales y en primer
lugar el objetivo, que es, como se sabe, la categoría rectora, porque en él se
concreta la necesidad social, la razón de ser de la escuela.
Otros
autores identifican el proceso docente-educativo con el método. Este es la estructura del proceso, pero no es
el todo, el objeto, el sistema. Por
supuesto el método responde al objetivo, con carácter de ley, y por ello está
implícito en el mismo, pero no lo agota, ya que su relación no es lineal, sino
dialéctica y su interinfluencia no es inmediata y tienen relativa
independencia.
En
conclusión, el método es la estructura de las relaciones sociales que se
desarrollan en el proceso docente-educativo y que se manifiestan en la
actividad, la forma es la organización que en el espacio y en el tiempo adopta
ese proceso. El método es la estructura
interna del proceso; la forma, la
externa.
Para
completar el análisis pasemos a definir el resto de los componentes que
participan el proceso docente-educativo.
El medio es el componente del proceso docente-educativo que manifiesta el
método en el desarrollo de dicho proceso, es decir, el método es la
configuración interna del proceso como hemos estudiado y se vincula
dialécticamente con el medio externo mediante los medios. Cada método se exterioriza mediante la
palabra de los profesores y los alumnos, mediante la escritura que desarrollan
en el pizarrón, en la libreta, en el texto, mediante el uso de los retroproyectores,
láminas, transparencias, mediante el equipamiento de laboratorios, etcétera.
Dra. Julia García
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