miércoles, 9 de julio de 2014

Tecnología educativa y currículo

La tecnología no es un campo acotado de conocimientos, sino un ámbito de concurrencia de saberes y experiencias acumuladas que se encuentran en permanente desarrollo. La tecnología cuenta con una enorme tradición en diversos sistemas educativos europeos. Muchos países del norte de Europa la incorporaron hace décadas a su edu­cación comprensiva. Existe una necesidad sentida en los países de nuestro entorno de introducir una dimensión técnica al bagaje cultu­ral de todos los ciudadanos, para enjugar los desequilibrios de la en­señanza obligatoria actual, hacer más útiles y funcionales los apren­
dizajes y desarrollar capacidades de autonomía, creatividad y traba­jo en
equipo. Asimismo, por razones estratégicas y de desarrollo económico, la OCDE ha destacado en los últimos años la necesidad apremiante de que los sistemas educativos presten una mayor aten­ción a su aprendizaje.
Desde que se iniciara la experimentación de la reforma educativa en los centros de básica y media, la tecnología ha contemplado diver­sas alternativas. Por una parte, en la educación básica y en su ciclo su­perior, se comenzó a experimentar un modelo que consistía en el di­seño de máquinas y artefactos a partir de materiales de desecho. Por su parte, en la enseñanza media se ha seguido más bien una línea acor­de con los sistemas inglés y holandés, basada principalmente en apren­der a resolver problemas, más en consonancia con los objetivos que se persiguen en educación secundaria obligatoria.
La dinámica de clase consistirá en que los alumnos se enfrenten a distintos problemas. El trabajo en grupo posibilitará que éstos se aborden de un modo diferente, desde muchas perspectivas. Para ello, los futuros centros de Enseñanza Secundaria deberán contar con aulas específicas, divididas físicamente en espacios destinados a distintos objetivos: el primero de ellos, se dedicará al estudio, discu­sión v diseño de estrategias. El segundo, aglutinaría su aplicación práctica, con actividades de taller y manipulación de herramientas y materiales. Y finalmente, un tercer espacio que sería el indicado pa­ra utilizarse como almacén donde guardar los diferentes útiles y componentes.
Los contenidos del área estarán divididos en seis bloques. El pri­mero de ellos, quizá el más importante, es el proceso de resolución técnica de problemas. Con él se quiere limitar el campo de problemas que cl alumno puede resolver, como la creación de un circuito, o la elaboración de un objeto cualquiera. El objetivo es que los escolares aprendan a buscar la información que necesiten, a tener iniciativa, a as y plasmarlas sobre el papel, realizar mediciones, aprender a planificar antes de entrar en el taller y saber evaluar los re­bajo realizado. Se trata de que el alumnado se familia­rice con una serie de destrezas y métodos que tendrán aplicación no solo en otras áreas de conocimiento, sino también en la vida cotidiana. Al hilo de la resolución de problemas es necesario poner en con­tacto a los escolares con la realidad, fomentar una formación poliva­lente que les permita adaptarse a diversas necesidades, ya que a veces en la escuela se imparten conocimientos demasiado teóricos, muy ale­jados de su mundo real.
Otros bloques de contenidos pretenden desarrollar la expresión y la representación de ideas (que el alumno aprenda a exponer un concep­to no sólo verbalmente, sino también dibujándolo), así como la planifi­cación y ejecución de tareas en el taller, que contará con herramientas de diverso tipo para construcción y manipulación de materiales en ma­dera, metal y plástico. En estas aulas-taller habrá que incorporar má­quinas-herrarnientas (taladros, tornos, lijadoras, cortadoras, etc.) que serán de uso casi exclusivo del profesorado.
Por otra parte, los conceptos de organización y gestión de un pro­yecto técnico (procesos contables, manejo de documentación, gestio­nes habituales de las empresas) y el conocimiento de los materiales y recursos tecnológicos, formarán también parte de los bloques de con­tenidos de dicha área. En el último de los bloques, Tecnología y Sociedad, los alumnos estudiarán el desarrollo tecnológico, la organización técnica del trabajo y la evolución del mercado de distribución de productos.
El profesor de Tecnología, lejos de transmitir a sus alumnos los co­nocimientos relativos a una ciencia acabada, debe ser un animador, un guía que comparta el esfuerzo creativo por encontrar una solución eficaz. Su tarea no estará orientada a resolver los problemas que apare­cen sobre la marcha, sino enseñar a buscar y seleccionar los conoci­mientos, a vivir las experiencias de aprendizaje necesarias para afron­tar el problema.

1.    MODELOS PARA LA SELECCIÓN DE MEDIOS

Podemos diferenciar dos grandes concepciones y sentidos en el te­ma de los medios:
a)   El medio educativo se nos presenta como Escenario de educación y su estudio desde la pedagogía se ha desarrollado desde tres ópticas:
·          HISTORICISTA: aquellos que se han preocupado de descifrar las claves de aparición y consolidación de unos entornos especializa­dos destinados a la formación (históricos, familia, barrio, ami­gos...).
·          La que definimos como Óptica utopizante, que busca alternativas al modelo educativo basado en la escuela.
·          Tecnocrática: los trabajos centrados en evaluar la relación medio fi­sico-educación.
b)   La segunda se fundamenta en la acepción de medio en tanto aque­llo sirve para llegar a un fin. Esta orientación ha conocido diversos enfoques:
·          Una interpretación reduccionista (medios de comunicación de ma­sas, televisión, vídeo...).
·          Una interpretación muy amplia (formas de organizar el grupo, mé­todos, materiales...).
·          Una posición intermedia o selectiva que distingue los medios de otros elementos didácticos
Los medios se han contemplado siempre con una cierta cautela. Esto es debido a que en nuestro entorno cultural, éste ha sido un te­ma que se ha contemplado desde dos posiciones encontradas:
a)   Desde la llamada pedagógica por objetivos:
Se entiende la forma de comprender la programación de la ense­ñanza como un proceso que ha de partir de la aclaración previa de los objetivos que se quieren conseguir.
Un ejemplo paradigmático lo constituye la propuesta de BRIGGS, GAGNE y MAY (1973), que proponen seis etapas en la elección de me­dios didácticos parte del profesorado:
·          Establecer los objetivos.
·          Identificar el tipo de aprendizaje que encierra cada objetivo.
·          Proyectar un programa de medios para cada objetivo.
·          Preparar un resumen de las opciones de medios.
·          Determinar qué medios deben componer la instrucción.
·          Establecer las especificaciones oportunas.
b)   Desde el experiencialismo.
Proporcionar información a los alumnos sobre el cómo usar, cómo realizar...
Según RETSER, GAGNE (1983) los elementos para la selección pue­den organizarse en categorías:
a)   Características físicas de los medios.
(Posibilidades de utilización. Determinación de si son visuales, au­ditivos...).
b)   Factores de tipo práctico
(Disponibilidad en el mercado, costes, problemas de movilidad).
c)    Características relacionadas con el grupo.
(Relación de los medios con el tamaño del grupo).
d)   Relación de los medios con los objetivos didácticos
e)   Relación de los medios y el entorno.
resumirlos en dos grandes tipos de Modelos (HEJDT, 1985):

1.    MÉTODOS Y MEDIOS EDUCATIVOS

La selección de medios por parte del profesor se ve condicionada por tres grupos de factores:
a)   Factores históricos: conocimientos, creencias del profesor sobre las ventajas e inconvenientes de los medios.
b)   Factores prácticos: Disponibilidad, mercado, costes, facilidad-difi­cultad de realización.
c)    Eficacia de los medios. Posibilidad de mejorar el proceso de ense­ñanza aprendizaje.
Por tanto, hemos optado por la siguiente estrategia en la selección de los medios:
1.    Es conveniente distinguir diversos elementos que intervienen en todo proceso didáctico y que se califican de medios. Para ello utili­zaremos el concepto estrategia instructiva englobando en ella a los métodos, técnicas y medios.
2.    Clasificar los medios en dos categorías:
·          Medios como ayudas instructivas.
·          Medios como sistemas de instrucción.

3.    Considerar el contemplar el tema de la selección de medios en dis­tintos momentos del diseño instructivo
que plantea la entrevista, en la que cada uno de sus componentes hace un número


4.    CARACTERÍSTICAS BÁSICAS DE LOS MEDIOS EDUCATIVOS

1.    Los medios como ayudas instructivas
a)   Medios impresos:
(Libros de texto, de consulta, guías para el alumno, cuadernos-fi­chas de trabajo...) Las ventajas que presentan son: Cada persona pue­de adecuar su ritmo de lectura a sus habilidades e intereses, el apren­dizaje puede llevarse en cualquier tiempo y lugar y el alumno puede revisar y repetir las unidades de estudio tantas veces como sea nece­sario.
En cuanto a los inconvenientes que podemos ver en estos medios citaremos los siguientes: El éxito depende de la habilidad para la lec­tura y puede propiciar más la memorización
b)   Medios visuales fijos no proyectables:
(Móviles, modelos, reproducciones de la realidad, pizarra, pósters, fotografías...).
Las ventajas que presentan éstos son: Simplicidad de uso, eficacia y su bajo coste...
c)    Medios visuales fijos proyectados:
(Diapositivas, filminas, transparencias...).
Las ventajas principalmente y entre otras son dos: Efectividad en la comunicación y medio limpio, de fácil manejo.
d)   Medios auditivos
 (Programas de radio, discos, cintas magnetofónicas...).
Sus ventajas: Fácil manipulación de los mensajes, fácil registro de las respuestas de los alumnos y aplicable a grupos o individualmente.
En cuanto a sus inconvenientes principalmente es la ausencia de ex­periencia visual o táctil.
e)   Medios audiovisuales fijos y en movimiento:
(Montaje de diapositivas, cine, vídeo y televisión).
2.    Los medios como sistemas instructivos:
Medios que giran en tomo a la enseñanza programada:
-        Fichas autoinstructivas.
-        Textos de enseñanza programada:
· Lineales (la información se presenta como sucesión de elementos sencillos y cortos).
·     Ramificados (la información se presenta en ítems más largos y al final de cada uno el alumno debe responder a una pregunta.
-        Sistemas individualizados mediante medios audiovisuales (vídeo in­teractivo).
-        Enseñanza asistida por ordenador.

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Utilización didáctica de la imagen
Como material didáctico en cl mundo icónico no podemos dejar de hacer referencia a los recursos audiovisuales, aunque de manera algu­na pretendemos entrar de lleno en este campo, demasiado amplio, y actualmente sometido a una revisión constante que se traduce en nu­merosísimas y voluminosas publicaciones. Intentar una síntesis en es­tas páginas carece de sentido.
A pesar de ello, es necesario mencionar sus contenidos básicos, pues el mensaje audiovisual es fundamental en el aprendizaje: con él se informa, se motiva, se complementa, e incluso, se crea lenguaje. Además, resulta imprescindible en la obtención de una me­todología, si debemos adaptarlo al nivel educativo en que va ser empleado.
Los medios audiovisuales son la totalidad de documentos y de ins­trumentos que se pueden utilizar en la comunicación. Constituyen,
pues, un amplio panorama que hace difícil la elección de criterios a utilizar en su clasificación, pues podemos atender a su esencia, al uso al que se destinan o a los fines pedagógico-didácticos que pretenden. Tal es la razón de que no intentemos una nueva clasificación, valién­donos de la ya establecida, pero completándola con una exposición de sus objetivos para que cada profesor o lector elija el recurso que más le interese. Estos serían:
·         Despertar la atención e interés del alumno.
·         Centrar la enseñanza en la observación y experimentación.
·         Ayudar a la comprensión de un tema, contribuyendo a la creación de conceptos reales y exactos.
·         Motivar al alumno hacia unos contenidos.
·         Ayudar a formar imágenes concretas.
·         Facilitar la apreciación sugestiva de un hecho o un tema.
Como podemos comprobar, las posibilidades de uso son variadas e interesantes. Pero como cualquier método, plantea problemas y susci­ta críticas centradas, la mayoría de las veces, en la pasividad que pue­de provocar en el alumno. Por eso, es necesario en su utilización que exista una preparación del tema por parte del docente y un planteamiento de la utilización del recurso, así como una participación cons­tante del alumno.
Por otra parte, los audiovisuales en general deben tener en cuenta unos aspectos esenciales para que resulten eficientes en la enseñanza. En este sentido los audiovisuales:
·         Representar la realidad con datos exactos y sin errores.
·         Si son empleados para estudiar el pasado deben utilizar manifesta­ciones de la época, y si se emplean para conocer el presente refleja­rán las características que éste ofrece.
·         Presentar datos o visiones objetivas, si se trata de asuntos con im­plicaciones políticas, sociales o económicas.
·         Despertar interés en el mundo para ayudar a su motivación y com­prensión.
·         Presentar el recurso con estética, utilidad, adecuación y sencillez.
Los materiales audiovisuales más al alcance de los centros educati­vos, y por ello más empleados, son las transparencias, carteles, fotogra­fías y diapositivas en imágenes fijas y programas televisivos y filmes so­noros en imágenes móviles. De cada uno haremos unas consideraciones.
Las transparencias
Para su empleo se necesita un aparato llamado retroproyector, muy usado en la enseñanza para combinar las ventajas de imágenes gran­des que se pueden proyectar con el aula iluminada y la facilidad con que se pueden producir y confeccionar. Su finalidad fundamental es reforzar el objeto de la comunicación, por lo que resulta muy útil para el apoyo de un tema mediante la exposición de gráficos, barras, esquemas y cuadros sinópticos e incluso objetos y edificios de la épo­ca. También permite el desarrollo completo del tema, aunque puede resultar reiterativo y poco motivador.
Presentaremos aquí cuatro formas diferentes de producir transpa­rencias, que son:
·         Con material opaco que obstruye la luz produciendo combinaciones de luz y sombra.
·         Con tintas translúcidas, rotuladores y lápices especiales, laca de bombilla o transparencia y papeles de celofán.
·         Con láminas de vidrio en las que se mezclan líquidos de colores.
·         Con transparencias fotocopiadas en blanco y en negro o en color.
El material base de esta técnica es el papel de acetato, que puede ser sustituido por el plástico y, en el caso de introducir, revistas o pe­riódicos, el ironfisch., que una vez metido en agua caliente y suprimido el papel, se puede utilizar para proyectar. Una novedad muy intere­sante es el de introducir movimiento en el retroproyector mediante figuras realizadas en siluetas, objetos transparentes o material especia­lizado. Su empleo es muy simple, aunque permite combinaciones in­teresantes: combinación de transparencias de distinto tamaño, introducción del color con transparencias o papel de celofán, mezcla de imágenes en capas superpuestas... Por todo ello resulta un material muy út~ para el aprendizaje y permite su conservación durante largo tiempo en ficheros, protegidas las transparencias con un cartón o cin­tas adhesivas en sus lados y encabezadas con letreros temáticos.
El cartel o mural
Es ésta una técnica que esencialmente llama la atención del espec­tador y despierta su curiosidad. El cartel o mural es apto y provecho­so para la educación, pues aunque no posee un poder pedagógico pa­ra el alumno, sirve para prepararlo en la formación que va a recibir o para recordar lo que ya ha aprendido.
En este terreno creemos que se está abusando de su empleo y que con frecuencia no se utiliza correctamente, lo que hace imposible la comunicación y aún más la motivación. Por el contrario, si se realiza con perfección puede llegar a ser una obra de arte y cubrir sus tres fi­nalidades esenciales: llamar la atención, llegar a influir en el pensa­miento y despertar una actuación determinada. El cartel no es un cua­dro, sino una llamada al deseo y a la acción.
Como vemos, cubre todos los objetivos de la publicidad y es utiliza­do en todos los sectores de la actividad social. Es un sistema de comu­nicación y, como tal, plantea dos aspectos comunicativos:
·         El denotativo, constituido por todo lo que nos llama la atención (imágenes, palabras y elementos de la imagen).
·         El connotativo, que es el messaje que se desea transmitir en dos ni­veles: con unidades significantes (fotografías, colores, ritmos) y con el enunciado del significado (la visión que el cartel puede dar de cualquier sociedad).
El buen cartel, por tanto, es el que combina estos aspectos de ma­nera que la imagen no tenga sentido sin la palabra y viceversa. Si uti­lizamos un lenguaje esencialmente cerrado, denotativo, podríamos conseguir un sentido didáctico. Si abundamos en lo connotativo y abierto, conseguiremos un valor práctico y esencialmente motivador. Como vemos, tiene una finalidad claramente didáctica que debemos utilizar con conocimiento en la educación. Antes de realizar el cartel hemos de plantearnos una serie de interrogantes: ¿Qué queremos de­cir? (donde distinguiremos lo importante de lo accesorio), ¿A quién? (tendremos en cuenta la edad, el sexo, la posición y el nivel cultu­ral),¿cuándo? (en función del día, año o período de la vida), ¿dónde? (si es en la calle, colegio, etc.) y ¿cómo? (elección del material y colo­res a emplear. Hay que tener en cuenta que todos los elementos de­ben ser legibles e inteligibles y aunque empleemos elementos de la imagen, los presentaremos con sencillez y simplicidad, respetando las leyes ópticas y psicológicas como en cualquier otra imagen. Asimismo estableceremos puntos de atención totales, iniciales y finales que diri­jan la atención del que lo contempla.
En el texto es importante la rotulación y el tipo de letra que intere­sa emplear, que suele ser de los más simples y sencillos, con el recur­so a las mayúsculas como reclamo de la atención. La totalidad del car­tel debe presentar una armonía plena que asegure el equilibrio, aun­que se puede enfatizar algún aspecto en función del impacto que se quiera producir.
Sólo con estas pequeñas puntualizaciones podemos iniciarnos en esta técnica y con ella presentes en clase, analizaremos carteles co­merciales, de propaganda, campañas políticas... que nos susciten ideas para nuestra producción en cartel o mural.
Las fotografías
Este material es de todos conocido por su empleo en la vida diaria. Pero es quizás su utilización una de las técnicas más complejas y con objetivos más ambiciosos, como se puede comprobar en las exposicio­nes actuales de fotografías técnicas, auténticas obras de arte, magnífi­cos componentes de la labor de un artista. Por otro lado, las fotogra­fías fueron las causantes del cambio en el modo de ver las imágenes por los hombres, e incluso de la desmitificación del arte y del contenido de éste, que llegó a significar algo muy distinto de lo que venía siendo, como ya hemos indicado con anterioridad. También, gracias a la foto­grafía se ha creado una tendencia artística muy interesante, el hiperre­alismo, que reproduce la imagen con una exactitud que nos impacta.

No vamos a entrar en su estudio, que sería claramente técnico, pero sí distinguiremos entre fotografías en color y fotografías en blanco y ne­gro, y entre el material recogido de la realidad o de impresos de todo tipo (revistas, libros, periódicos...). Como de todos es conocida la varie­dad de finalidades que la fotografía encierra en nuestro tiempo, en la educación también se debe utilizar con fines didácticos, y es especial­mente valiosa cuando se trata de realizar observaciones personales con detalle. Por ello, vamos a plantear algunas formas de trabajar con ellas.
En primer lugar, se seleccionan algunas fotografías en relación con un tema, un proceso o una época y las presentamos al alumnado. Cada estudiante elegirá una o varias justificando su selección y analizándo­las. A partir de aquí, se pueden efectuar varias actividades:
·         Un sociograma: donde una vez seleccionadas y ordenadas las foto­grafías, cada alumno puede escoger un rol diferente y se escenifican o dramatizan creándose situaciones nuevas.
·         Estructuración de un tema: con las imágenes recogidas se organiza un tema y se crea una sucesión de ellas que exprese lo fundamental del mismo.
·         Introducción de textos diferentes en unas mismas fotografías para comprobar la influencia que ejercen en la imagen.
Las diapositivas
Ya hemos analizado este recurso como imagen fija, donde pusimos de relieve la eficacia que tiene este medio (muy generalizado en los medios escolares, familiares y sociales), tanto en plano individual como en la enseñanza. Poseen unas claras ventajas, ya que se pueden utilizar con un simple proyector y es un material de creación rápida y simple.

Sin embargo, como cualquier otro recurso, están sujetas a condicio­namientos, pudiéndose manifestar rígidas en la presentación del men­saje si se utilizan aisladas, por lo que se suelen aprovechar en forma de series en la proyección, constituyendo una ilustración visual de un te­ma que potencia la atención del alumno y colabora considerablemente en la memorización y consolidación de los contenidos, sin olvidar la fa­cilidad que reporta para comprender los símbolos. En definitiva, la ex­posición con diapositivas tiene las siguientes ventajas fundamentales:
-       Suscita el interés y despierta la atención, porque en ella se capta con claridad, rapidez y precisión lo que se quiere mostrar.
-       Produce un fuerte impacto motivador.
-       Muestra lo que es difícil de ver.
Por otro lado, posee la diapositiva todos los inconvenientes de cual­quier imagen fija, pues dificulta la visión de un movimiento en un pro­ceso continuo, lo que le confiere un valor más ilustrativo que narrativo.
El material que se puede utilizar es múltiple y nosotros lo reunire­mos en dos grandes grupos: el preparado y ordenado de antemano (al que sc incorpora un guión escrito, con orientaciones, y la banda sono­ra correspondiente) y el de creación propia o manual. En este último caso distinguiremos entre materiales y métodos. Los materiales pue­den ser marquitos (de cartón, plástico o cristal donde puede variar la abertura), papel (vegetal, cebolla, celofán), plástico, acetato, película fotográfica velada o sin impresionar (para dibujar), tejidos, objetos opacos, lentejas, etc.) diapositivas de papel de plata (en las que pun­teamos y coloreamos las figuras), diapositivas mal hechas deformadas con lejía y las diapositivas habituales.
Para la utilización didáctica de estos materiales conviene tener en cuenta una serie de extremos, que básicamente, se pueden sintetizar así: antes de realizar la proyección conviene orientar y motivar al auditorio e introducir el tema planteando una serie de incógnitas y claves que creen el marco psicológico adecuado. Para ello se considerará al auditorio, se establecerá un ritmo y una idea central en cada diapo­sitiva, se prepararán las secuencias con fichas donde se represente la imagen y se simplificarán las ilustraciones. La proyección puede reali­zarse para explicar hechos artísticos o históricos y es oportuno que vaya precedida o continuada de actividades de los oyentes a fin de con­seguir retener la atención.

La gama de imágenes fijas escogidas es de suma importancia, pues cada una de ellas encierra unos objetivos diferentes útiles e impres­cindibles para la enseñanza. Sus posibilidades didácticas son mayores si incorporamos una grabación sonora, artificio que ofrece una gran versatilidad. Si esa grabación es musical, incrementa la sensibilización y el relajamiento. En cualquier caso, su pone una mayor motivación hacia los valores artísticos y la recogida de la información directa de personajes y épocas. Los dos sistemas más empleados al respecto son el disco y el CD (compact disc), ya que son los más recomendables en su finalidad. Actualmente se utiliza con más frecuencia la cinta, que permite la grabación y confección por el propio alumno, el uso conti­nuado y la facilidad de mantenimiento.
Ambos elementos, disco, cinta, son fundamentales para la aproxi­mación al montaje audiovisual la mejor posibilidad didáctica para des­pertar la creatividad personal en conexión con la comunicación en grupo, partiendo de la interiorización de una experiencia o de unos contenidos. El montaje es una técnica participativa, de un número de­terminado y reducido de componentes, cuyos pasos de aprovecha­miento son sucintamente los siguientes:
·         El profesor debe plantear la actividad mediante la presentación del tema, acontecimiento o realidad que interesa, sugiriendo la posibi­lidad de realizar un guión audiovisual.
·         También el profesor divide la clase en grupos y cada grupo debe te­ner tiempo para interiorizar este contenido y expresarlo en clase, previa elección de un moderador. Escuchados todos, se selecciona el que ofrezca mayores posibilidades según el tema propuesto. Uno de los alumnos será el realizador, que asume el papel de profesor, tiene la última palabra sobre cualquier duda que se plantee y es el que establece las líneas fundamentales del guión, repartiendo entre los componentes del equipo los papeles correspondientes a los téc­nicos del montaje (encargado de la imagen, del texto, etc.)
·         Respecto a la imagen, ya hemos hablado con anterioridad suficien­temente, por lo cual aquí no añadiremos nada más.
El sonido tiene una entidad propia, diferente a la palabra, pues en él incluimos la música, los efectos especiales y el silencio. El sonido ejerce un papel envolvente y nos ayuda a crear el clima adecuado. En relación con él podemos mantener dos actitudes que están en función del tipo de montaje que hagamos.,
 En el campo educativo, los medios de comunicación audiovisual pueden utilizarse desde dos puntos de vista:
a)    Para facilitar el aprendizaje de contenidos de diversa índole.
b)    Para analizar los diversos medios y lograr la expresión a través de éstos.
El uso de audiovisuales en el aula no garantiza la calidad de la en­señanza y, menos aún, la renovación pedagógica. En muchas ocasio­nes pueden encubrir una concepción conservadora. Esto lo observa­mos a diario con los mensajes que se transmiten a través de la televi­sión y de la radio: se utiliza una nueva tecnología para reforzar normas, valores y formas ya aceptadas de antemano.
Los medios de comunicación audiovisual cumplen distintas funcio­nes. La función última que va a desempeñar está estrechamente vin­culada con el papel que el educador asuma en su relación con la co­munidad. Los medios de comunicación audiovisual sirven para refor­zar una concepción bancaria de la enseñanza, o para ayudar a establecer una relación comunicativa democrática entre educador-educando-comunidad constituyéndose en elementos dinamizadores de la participación.
Los medios audiovisuales podremos utilizarlos para:
a)    Fomentar la participación, el esfuerzo creativo. Ciertas imágenes o testimonios pueden despertar el interés para investigar en un tema o pueden utilizarse para la discusión con el fin de desarrollar la ob­servación y el juicio crítico
b)    Ampliar el marco de experiencia de los alumnos. Las imágenes como representación de objetos reales pueden acercar a los estu­diantes a la comprensión de procesos lejanos a su experiencia. El aprendizaje de un concepto puede dejar de convertirse en un he­cho memorístico al ofrecerse una representación cercana a la rea­lidad. Las palabras adquieren el significado que se busca en fun­ción de la representación que se realiza. Se evita así el exceso de verbalismo. Ciertos conceptos pueden ser comprensibles para los alumnos en la medida en que sean visualizados. Los medios de co­municación audiovisual son ayudas óptimas para facilitar el acceso a la abstracción. Al mismo tiempo, corrigen o evitan la formación de falsos conceptos
c)    Motivar el aprendizaje. El universo de los estudiantes está confor­mado por mensajes que les llegan a diario a través de diversos me­dios audiovisuales. Su uso en el aula permite ponerlos en contacto con su realidad comunicacional más cercana.
d)    Provocar comportamientos imitativos. Los medios de comunica­ción audiovisual actúan como inductores de comportamiento, acti­tudes y valores. Sus mensajes de manera manifiesta o subyacente encierran toda una concepción de la sociedad que es utilizada como modelo por el receptor, ya sea deliberada o inconsciente-mente. El aprendizaje por imitación coarta la creatividad y la re­flexión. Puede asociarse con el memorismo y la repetición, aunque resulte útil para el aprendizaje de ciertas destrezas.
e)    Facilitar el aprendizaje por descubrimiento. Los medios de comu­nicación audiovisual, utilizados como elementos dinamizadores del aprendizaje pueden ayudar a aprender. Los documentos icónicos y sonoros ofrecen la posibilidad de realizar comparaciones y con­trastes con el fin de establecer semejanzas y diferencias. También permiten presentar de manera secuencial un proceso de funciona­miento, desarrollo o manipulación, así como analizar la relación existente entre las partes y el todo en un modelo o proceso.
f)    Ayudar a los alumnos a comprenderse a sí mismos y a su entorno. Los materiales audiovisuales que realicen los propios alumnos da­rán lugar a discusiones en grupos acerca de su problemática y la de su entorno. La realización de un proyecto audiovisual (diaporamas, vídeo o periódico) puede ser el punto de partida para analizar al­gunos de los problemas que preocupan a los estudiantes así como la relación que establecen con su medio.
El lenguaje de los medios
La utilización de los medios de comunicación audiovisual en el pro­ceso de enseñanza-aprendizaje depende de:
1)    La metodología del educador.
2)    Los contenidos a transmitir.
3)    El tipo de tarea educativa con la que se enfrenta el estudiante.
4)    Las características específicas del grupo.
5)    Las limitaciones arquitectónicas, administrativas, ideológicas y económicas que se dan a nivel institucional.
6)    La flexibilidad de utilización de cada uno de los medios.
7)    La facilidad de producción de esos medios.
8)    Las actitudes del educador hacia los medios de comunicación au­diovisual.
Los medios de comunicación audiovisual proporcionan una repre­sentación de la realidad, pero, en ningún caso, la realidad misma. La experiencia que un individuo adquiere a través de ellos lo alejan de la observación del objeto concreto.
La representación que ofrecen los medios de comunicación audio­visuales siempre es incompleta con respecto a la experiencia directa, pero, en muchas ocasiones, es muy difícil llevarla a cabo en el aula. El problema no se reduce a la elección de una forma de experiencia, real o mediatizada, sino a la necesidad de comparar o contrastar sis­temáticamente la imagen y la realidad misma.
La utilización de un medio de comunicación audiovisual ofrece un determinado nivel de representación más o menos alejado de la reali­dad. Robert Lefranc ha hecho una clasificación de los medios de co­municación audiovisual basándose en el cono de la experiencia de E. Dale, que tiende a mostrar en qué medida cada medio audiovisual proporciona una representación más o menos alejada de la realidad.
Los medios de comunicación audiovisuales utilizan distintas formas de expresión. Cada medio tiene sus propias características, su propia especificidad: la radio, el audiocassette o los discos hacen uso del len­guaje auditivo. Las transparencias, los carteles y la fotografía hacen uso del lenguaje visual. Los periódicos, los libros, las revistas hacen uso del lenguaje escrito. El cine, los diaporamas (conjunción de imá­genes fijas proyectadas con una banda de sonido), la televisión y el vídeo hacen uso combinado del lenguaje visual y audio.
Vamos a explicar cuatro medios de comunicación audiovisual, agru­pándolos en tres apartados fundamentales:
1.    Imagen visual fija (transparencia y diapositiva) Los medios más usuales y al alcance de cualquier educador.
2.    Imagen sonora (radio y audiocassette). Medios por los que existe un creciente interés en los educadores que ven en el sonido un im­portante vehículo de comunicación.
3.    Imagen audiovisual (el vídeo). Medio susceptible de ser incorpora­do por el educador en el proceso didáctico.
 Autores: Bienvenido Mena Marchán, Manuel Marcos Porras y Juan José Mena Marcos.




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